Hoy he tenido un ratito libre entre traducción y traducción y he decidido poner al día mi registro de actividades de desarrollo profesional. El Institute of Translation and Interpreting (ITI) recomienda a sus miembros realizar un mínimo de 30 horas al año de formación continua, algo que puede parecernos que va a requerir mucho tiempo y dinero, pero no tiene que ser así. A continuación, os dejo un artículo con ideas para traductores que quieran asegurarse de que están en plena forma 😉

LA FORMACIÓN CONTINUA EN TRADUCCIÓN

El mundo en el que vivimos los traductores no para de cambiar. Google Translate, ChatGPT, posedición, subtítulos hechos por fans… ¿Os suena algo de esto?

Para que nuestra profesión no siga poniéndose en entredicho y demostrar nuestra valía a quien haga falta, los traductores profesionales debemos hacer todo lo posible por sobresalir en nuestro trabajo, buscando continuamente oportunidades de crecimiento y mejora. Aquí van algunas ideas:

Idiomas

Obviamente, el primer pilar de la formación profesional permanente del traductor es el dominio de las lenguas con las que trabaja. Debemos ser expertos en nuestras lenguas de origen y destino (en mi caso el inglés y el español). Pero el lenguaje evoluciona constantemente y, a veces, también se producen cambios en las normas lingüísticas. Por eso, la formación continua y la práctica constante son esenciales para mantener y mejorar esta habilidad fundamental. Podemos visitar los países de nuestra lengua de origen, leer publicaciones, ver programas, escuchar pódcast o hacer algún curso de especialización, por ejemplo, de terminología específica de nuestro campo o de lenguaje inclusivo.

A mí, actualmente me interesa mucho la jerga actual de los niños y jóvenes, así que leo muchos álbumes ilustrados y libros para varias franjas de edad y estoy haciendo un glosario inmenso con el vocabulario y las expresiones que oigo usar a la chiquillería en la tele y en la calle. ¿Tendré que abrirme una cuenta de TikTok? 😉

Especialización

La especialización en una o varias áreas puede ser muy útil en traducción. Podemos optar por especializarnos en un campo muy amplio, como la medicina o la literatura, o en uno muy concreto, como la traducción de patentes o la de libros de un país o época específicos. Así no solo adquirimos un conocimiento profundo de la terminología específica, sino que también nos volvemos más eficientes en nuestro trabajo. Para especializarse se puede seguir la ruta habitual de un posgrado, pero también hay muchos cursos privados por Internet, incluso algunos gratuitos de entidades de renombre. Y siempre está la opción del aprendizaje autodidacta.

Yo este año he hecho un curso de especialización en traducción de literatura infantil y juvenil de AulaSIC y me ha parecido fantástico. No dejéis de consultar su amplísimo catálogo de cursos aquí. También me han gustado mucho las charlas gratuitas sobre traducción de libros para niños que ha ofrecido en los últimos meses el Chartered Institute of Linguists (CIOL).

Herramientas tecnológicas

En el día a día, quienes traducimos usamos varias herramientas tecnológicas. Independientemente de si hacemos uso o no de programas de traducción asistida por ordenador, gestión de proyectos de traducción y otros específicos de nuestra profesión, todos usamos un PC, pero a veces no dominamos el software que usamos o no estamos al día de las últimas innovaciones tecnológicas. Hacer un curso de Word avanzado o de cómo aprovechar al máximo un recurso concreto puede aumentar nuestra eficiencia o la calidad de las traducciones que hacemos.

Yo siempre encuentro algo útil e irresistible entre la completísima formación que ofrece la Asociación Española de Traductores, Correctores e Intérpretes (ASETRAD). También tiene una variedad de cursos para traductores Cálamo & Cran.

Otras habilidades

Muchos traductores somos autónomos, con lo que necesitamos desarrollar ciertas destrezas complementarias, en particular las empresariales. Por ejemplo, todo lo relacionado con la gestión financiera o con cómo encontrar clientes. Si queremos sobrevivir a largo plazo, debemos generar una fuente estable de ingresos, facturar y llevar al día nuestras finanzas. Hay que saber de impuestos y pensiones tanto como de marketing, técnicas de negociación o redes sociales.

Trágora formación, por ejemplo, tiene un curso de fiscalidad para traductores autónomos. Y rtve tiene uno gratuito de redes sociales.

Otras ideas de perfeccionamiento

Además de la educación formal (cursos de formación, talleres de especialización, tutoriales, etc.) y la autodirigida (estudio e investigación de un tema, lectura de publicaciones especializadas, películas en nuestras lenguas de trabajo…), me gustaría añadir un par de ideas más que pueden contribuir a nuestro desarrollo como traductores:

Las conexiones: en la industria de la traducción es fundamental relacionarse con otros profesionales, por ejemplo, asistiendo a conferencias, participando en foros profesionales o creando grupos de revisión. Todo ello no solo nos ayudará a mejorar nuestras habilidades lingüísticas, sino que también puede abrirnos las puertas a nuevas oportunidades de trabajo y colaboración. Pertenecer a una o varias organizaciones profesionales de traductores nos de la oportunidad de conocer el pasado y el futuro de nuestra profesión, defender nuestros derechos y nuestro trabajo, y estar al día de oportunidades de desarrollo profesional como las mencionadas. Yo soy miembro del Institute of Translation and Interpreting (ITI) y de ACE Traductores (ACEtt).

La profesión: cuando llevamos años trabajando y hemos aprendido los trucos de nuestra labor, es hora de poner nuestro granito de arena. Podemos plantearnos hacer traducciones de manera altruista para una causa que nos importa, dar charlas para traductores noveles, escribir artículos o reseñas para una revista profesional o ser mentores de algún recién llegado a nuestro mundillo. Por ejemplo, yo actualmente me ocupo voluntariamente de las redes sociales de la Red de Desarrollo y Cooperación Internacional del ITI y de vez en cuando escribo artículos para publicaciones como el ITI Bulletin, Vasos Comunicantes o Tradiling.

Espero que nadie piense que esto es una lista de deberes: solo son distintas ideas de perfeccionamiento profesional para que veamos que no tiene que suponer una gran inversión, aunque reporta muchos beneficios. Yo creo firmemente en la formación continua porque me sirve para aumentar mi productividad, eficiencia y confianza en mis habilidades, me ayuda a mejorar mi perfil y ganar mejores clientes y demuestra mi compromiso con la profesión.

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